Cuando una persona se ha vuelto a Dios hasta los más simples actos lo manifiestan.
Un lechero que tenía la costumbre de aguar la leche, fue convertido. Y todos pudieron constatarlo, ya que no cambió solo él sino que también la leche experimentó este cambio.
Una mujer que desde hacia mucho tiempo era parroquiana se lo hizo notar un día y le preguntó si había adquirido mejores Vacas o mejores pastos. “No señora, contesto él, tengo las mismas Vacas y pastan en los mismos campos; la razón de la mejoría de la leche consiste en que, cuando hace algunas semanas fui convertido, la leche también cambió”.
Así se manifiestan los frutos de la verdadera conversión.
Un lechero que tenía la costumbre de aguar la leche, fue convertido. Y todos pudieron constatarlo, ya que no cambió solo él sino que también la leche experimentó este cambio.
Una mujer que desde hacia mucho tiempo era parroquiana se lo hizo notar un día y le preguntó si había adquirido mejores Vacas o mejores pastos. “No señora, contesto él, tengo las mismas Vacas y pastan en los mismos campos; la razón de la mejoría de la leche consiste en que, cuando hace algunas semanas fui convertido, la leche también cambió”.
Así se manifiestan los frutos de la verdadera conversión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario