jueves, 24 de febrero de 2011

“AQUI SE VENDE PESCADO FRESCO”.



Un hombre abrió un establecimiento de venta de pescado y puso un rótulo en la puerta que decía: “AQUI SE VENDE PESCADO FRESCO”.
Un amigo le hizo la indicación de que bien podía suprimir la palabra “aquí”, pues estaba sobreentendido que si se vendía pescado era “aquí”. El buen hombre siguió el consejo y eliminó el adverbio de lugar.
Otro llegó después que le hizo la observación de que sobraba el adjetivo “fresco”, pues se debía de dar por supuesto que el pescado estaba fresco, de otra manera no habría razón para venderlo. El hombre aceptó también esta sugerencia y lo quitó.
Mas tarde vino otro que le dijo que no había razón para indicar que “se vende”, pues si es un establecimiento abierto al público y hay pescado, está claro que es para venderlo. Y también lo eliminó.
Por último, llegó otro que le preguntó por qué anunciaba que allí había pescado. “jQuítalo! ¡No hace falta! ¡Se huele a pescado desde dos cuadras más atrás!”
¿Huele la gente dónde hay cristianos?
no hace falta tantos títulos y rótulos, que la gente huela a cristo en nuestras vidas. que sepan todos que somos cristianos.

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