jueves, 14 de julio de 2011

PODER EN EL EVANGELISMO


En su libro, “Siéntate, Camina, Párate”, Watchman Nee describe una misión de predicación a una isla cerca de la costa de China Sur.  Había siete personas ministrando en el grupo, incluyendo un joven recién convertido de 16 años de edad que el señor Nee llamó el hermano Wu.  La isla era relativamente grande, comprendía de aproximadamente 6,000 casas.  Nee tenía un contacto allí, un viejo compañero de clase y que ahora era el encargado de una escuela del pueblo, pero el rehusó hospedar el grupo cuando descubrió que habían venido para predicar el Evangelio.  Finalmente, el grupo encontró hospedaje con un herbolario chino, quien sería su primer convertido.
Predicando parecía ser infructuoso en la isla, y Nee descubrió que era por la dedicación de la gente hacia un ídolo llamado Ta-wang.  Estaban convencidos de su poder porque, en el día de su festival y desfile cada año, el clima siempre era casi perfecto.
“¿Cuándo será la procesión este año?”, el joven Wu preguntó al grupo que habían congregado para escucharles predicar.
“Lo tenemos establecido para el día 11 de enero a las 8 de la mañana”, fue la respuesta.
“Entonces”, dijo el nuevo convertido, “te prometo que por cierto estará lloviendo el día 11.”
En ese momento salió un estallido de gritos de la multitud: “¡Basta!  No necesitamos escuchar más predicaciones.  Si de veras llueve el día 11, ¡entonces tu Dios es Dios!”
Watchman Nee estuvo en otro lugar en el pueblo cuando ocurrió esta confrontación.  Al ser informado sobre lo acontecido, vio que la situación se puso en serio y convocó al grupo a orar.  La mañana del día 11 no hubo ni una nube en el cielo, pero durante la oración de gracias por el desayuno, empezó a llover ligeramente y fue seguido por una lluvia fuerte.
Los adoradores del ídolo Ta-wang se molestaron tanto que pusieron a su ídolo en una silla tipo “sedan”, llevándolo afuera, esperando que esto pudiera detener la lluvia.  Pero la lluvia solo cayó con más intensidad.  Después de una distancia corta, los que estaban cargando el ídolo tropezaron y se cayó el ídolo, fracturando su mandíbula y brazo izquierdo.
Una cantidad de jóvenes aceptaron a Cristo como resultado de la lluvia cayendo como respuesta a la oración, pero los ancianos del pueblo hicieron una adivinación y dijeron que habían escogido el día equivocado.  El día correcto de la procesión debería de haber sido el día 14.
Cuando Nee y sus amigos se enteraron de esto, volvieron otra vez en oración, pidiendo por lluvia el día 14 y para días sin lluvia todo el tiempo hasta el 14 para las predicaciones.
Esa tarde el cielo estaba claro y en los días siguientes habían 30 que se convirtieron. Del día crucial para la prueba, Nee dice: “El día 14 empezó con otro día perfecto y tuvimos unos buenos cultos.  Cuando se acercó la noche, nos juntamos de nuevo en la hora anteriormente convenido.  Quietamente pusimos nuestra petición delante del Señor.  Y ni un minuto demasiado tarde, llegó Su respuesta con lluvias torrentes y inundaciones como la vez anterior.
El poder del ídolo sobre la población de la isla había sido quebrantado; el enemigo había sido derrotado.  Conversiones seguían y el impacto sobre los siervos de Dios, quienes habían sido testigos de Su poder continuaría enriqueciendo su servicio cristiano desde ese tiempo en adelante.

1 comentario:

  1. muy buena anécdota... Pastor sera q por acá puede publicar su guía de evangelismo para q este al alcance de todos?

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