lunes, 28 de mayo de 2012


Policías mexicanos se entregan a Dios para alejar el impulso de la corrupción


Policías mexicanos se entregan a Dios para alejar el impulso de la corrupción

El responsable del cuerpo en Guadalupe ha enviado a prisión a unos mil agentes desde 2011

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Cuando el coronel Enrique San Miguel Sánchez llegó a Guadalupe hace año y medio para encargarse de la seguridad del municipio tenía 800 policías a su cargo. Al día siguiente ya eran 755. Los 45 que faltan abandonaron el cuerpo antes de que empezase la limpia. “Eran corruptos, vieron que iba a haber un cambio profundo y prefirieron irse”, declara el secretario de Seguridad Pública de esta localidad situada en el área metropolitana de Monterrey, en Nuevo León. Ahora son muchos menos, no llegan a los 280, pero ya no roban. Eso al menos es lo que dice el responsable del cuerpo, que apoya un nuevo método para meter en cintura a sus agentes: reunirlos antes de salir a patrullar para que dediquen unos minutos a la oración.
“Cuando llegué, la mayoría de los policías estaban aliados con el crimen organizado, no se portaban bien”, asegura San Miguel Sánchez en entrevista telefónica. Ahora la situación ha cambiado: los que están ya no delinquen, no “toman” - no beben- e incluso han dejado sus adicciones. Todas las mañanas, antes de salir a recorrer las calles, los agentes dedican unos treinta minutos a la oración. Para el coronel, la fe les ayuda a mantener firme su voluntad.
“Ahora ya no puedo correr -echar- a nadie”. Después de enviar a prisión a una gran parte de la plantilla, la segunda fase de su trabajo en la Secretaría al poco de llegar fue el reclutamiento de personal, porque se habían quedado solo con cuarenta agentes, veinte por cada turno. “Buscamos únicamente a exmilitares que reuniesen las condiciones físicas necesarias para ser policías”. Según sus cálculos, de este personal nuevo también tuvo que mandar a la cárcel a 200. “Hace unos meses vinieron a la institución unos pastores y nos ofrecieron impartir un curso a la plantilla avalado por la Secretaría de Trabajo. Los contenidos de las lecciones abordaban aspectos como la atención ciudadana, la interpretación que hace la Biblia del robo o lo que piensa Dios sobre quedarse con cosas que a uno no le pertenecen”.
Una vez terminado el programa muchos de los agentes pidieron a los pastores que siguiesen acudiendo a la institución para rezar antes de los turnos de patrulla, por lo que ahora, todos los días menos los domingos -cuando los pastores están ocupados oficiando misa- acuden a su llamada y dedican unos minutos al diálogo espiritual con Dios.
Enrique San Miguel se muestra muy satisfecho con los resultados, aunque admite que por el momento carece de cifras concretas. El comportamiento de sus agentes ha mejorado mucho y explica el motivo: “Si tú sigues la palabra del señor y tienes temor de su ley, obviamente, no vas a robar”. Aclara que el tiempo de oración es voluntario: “Aquí no obligamos a nadie”, y se hace fuera del horario de trabajo. Alrededor de la mitad de la plantilla participa en la actividad. De la otra mitad, la que no abraza la religión, tampoco tiene queja. “Ay, no les queda más remedio que portarse bien. Hacemos las patrullas mixtas, por lo que en un coche juntamos a los que visitan a los pastores y los que no lo hacen. Los primeros vigilan a los segundos y así no hay problemas”.
El secretario de Seguridad Pública indica que la actividad del crimen organizado ha disminuido en los últimos meses, en parte debido a la limpia de agentes que estaban involucrados y cooperaban con las organizaciones. “También hay una gran coordinación entre las fuerzas del Estado de Nuevo León. El que pega a uno, nos pega a todos. No abandonamos ni una sola persecución”, asegura. “Damos el 110% de nuestro tiempo para contribuir a la seguridad de la población de Guadalupe” y recalca, “todo lo hacemos por ellos, para que tengan buenos agentes patrullando en sus calles, nos interesan los ciudadanos”. La vida del coronel ejemplifica este compromiso, en su caso profesional y personal a partes iguales. Enrique San Miguel vive solo en Guadalupe después de que su familia tuviese que emigrar a los pocos meses de aceptar el cargo. “Estamos entregados a esto por completo”, señala con idéntica convicción a la que emplea para enviar bendiciones a su interlocutora cuando se despide.

EL PRECIO ES MUY ALTO

Eran días cuando existía todavía la esclavitud en América. Un Señor tenía dos esclavos y había un torreón en su casa que necesitaba de una reparación urgente, pero era bastante dificil llegar a él.
Únicamente era posible poniéndose en la punta de una tabla que saldría a través de una pequeña ventana hacia el exterior y que alguna otra persona se pusiera de contrapeso en el otro extremo interior.
El amo cogió a sus dos esclavos y les llevó al torreón de la casa y mandó a uno de ellos ponerse dentro, encima de la tabla y al otro salir hacia fuera para hacer la obra de reparación necesaria. Pero el segundo esclavo se negó rotundamente a cumplir las órdenes del dueño y le dijo:
"Aquel podría levantarse y yo me iría abajo".
Al instante el amo se sentó en la tabla e inmediatamente el esclavo se puso en el lado opuesto a hacer su trabajo hasta terminarlo finarlo. Al acabar el dueño le preguntó: "¿Por qué te has atrevido a hacerlo sin dudar cuando yo estaba sentado en la tabla?.Yo también hubiera podido levantarme.
¡Oh no, mi señor! contestó el esclavo. ¡Usted no lo hubiese hecho, porque usted pagó un precio muy alto por mí!.

El amo del esclavo había gastado mucho dinero, que solo sirve para pagar cosas terrenales y a pesar de eso, el pobre esclavo sabía que por nada del mundo el amo se hubiera levantado, porque le hubiera costado muy caro.

Jesús pagó un gran precio por nosotros, el precio de su sangre, que nos permite confiar en él. No nos abandonará jamás pues dió su vida por rescatarnos. El nos sostiene en los peligros y en las grandes penas.

MI PERRO FIEL,


Una pareja de jóvenes tenia varios años de casados y nunca pudieron tener hijo, para no sentirse solos compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo.
El cachorro creció hasta convertirse en un hermoso pastor alemán. El perro salvo en mas de una ocasión a la pareja de ser atacadas por ladrones, siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro. Luego de siete años de tener al perro, la pareja logro tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenia con el perro, este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebe y ya no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años. Un día, la pareja dejo al bebe placidamente durmiendo y fueron a la terraza a preparar una carne asada, cual no fue su sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebe y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola.
El dueño del perro pensó lo peor, saco el arma que llevaba y en el acto al mato al perro, corre al cuarto del bebe y encuentra una serpiente degollada... El dueño comienza a llorar y a exclamar... ­ he matado a mi perro fiel!
Cuantas veces hemos juzgado a las personas, lo que es peor las juzgamos y condenamos, sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales son sus pensamiento y sentimientos...

Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen sino todo lo contrario. La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel...
Así aprenderemos a no levantar falsedades contra una persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demás...
Debemos darnos cuenta que los sentimientos de las personas son frágiles y fáciles de dañar, pero difícil de sanar...

sábado, 26 de mayo de 2012

"NO TENGO TIEMPO PARA NADA"


No tienes tiempo? Muy cierto… Para las personas que dicen que no tienen tiempo de nada o una agenda saturada Un experto asesor de empresas en Gestión del Tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Sacó de debajo del escritorio un frasco grande de boca ancha. Lo colocó sobre la mesa,junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:.
Cuantas piedras piensan que caben en el frasco?
Después de que los asistentes hicieran sus conjeturas, empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco.
Luego preguntó: Esta lleno?
Todo el mundo lo miro y asintió. Entonces sacó de debajo de la mesa un cubo congravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó.
Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes.
El experto sonrió con ironía y repitió: Esta lleno?
Esta vez los oyentes dudaron:
Tal vez no, Bien!
Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco.
La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.
Está lleno? pregunto de nuevo. – No!, exclamaron los asistentes.
Bien, dijo, y cogió una jarra de agua de un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aun no rebosaba.
Bueno, que hemos demostrado?, preguntó.. Un alumno respondió:
Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan más cosas.
¡NO!,concluyó el experto: Lo que esta lección nos enseña es que si no colocas las piedras grandes primero, nunca podrás colocarlas después.
¿Cuales son las grandes piedras en tu vida?. Tus hijos, tus amigos, tus sueños, tu salud, la persona amada?
Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su Lugar.

jueves, 24 de mayo de 2012

LA VASIJA AGRIETADA.


Un cargador de agua de la India tenia dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenia varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua. Al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, la vasija rota solo tenia la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabia perfecta para los fines para los que fue creada.
Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.
El aguador apesadumbrado, le dijo compasivamente: Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino. Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, solo quedaba dentro de ella la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces ¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar la casa de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados. Demos gracias a Dios por dotarnos de estos pequeños detalles... ¡¡¡Esas grietas nos acercan mas a nuestro Señor!!!

lunes, 21 de mayo de 2012

ECOS EN EL HOSPITAL.

Dos hombres gravemente enfermos ocupaban la misma habitación de un hospital. Uno de ellos podía sentarse en su cama durante una hora cada mediodía a fin de evacuar los fluidos de sus pulmones. Su cama estaba al lado de la única ventana de la habitación. El otro hombre debía pasar sus días tumbado sobre la espalda. Los dos hombres hablaban durante horas. Hablaban de sus esposas, de su familia, de su casa, de su empleo, de su participación en el servicio militar y dónde habían estado de vacaciones. Y cada mediodía, cuando el hombre de cerca de la ventana podía sentarse, pasaba este tiempo describiendo a su compañero de habitación todo lo que podía ver en el exterior.
El enfermo que debía permanecer postrado empezó a vivir gracias a estos periodos de una hora en los que su mundo era ampliado y animado por todas las actividades y colores del mundo exterior. La vista de la habitación daba a un parque con un hermoso lago donde patos y cisnes jugaban en el agua, mientras que los niños hacían navegar sus barcos en miniatura. Los jóvenes enamorados paseaban enlazados entre las flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles decoraban el paisaje y una hermosa vista de la ciudad se podía percibir en el horizonte. Mientras que el hombre cerca de la ventana describía todo esto con detalles exquisitos, el hombre del otro lado de la habitación cerraba sus ojos e imaginaba la escena pintoresca. Otro día, el hombre que estaba junto a la ventana describió un desfile que pasaba por allí, ya que el convaleciente no podía oír la orquesta, pero sí podía verla con el ojo de su imaginación, dada la descripción repleta de matices precisos y poéticos.
Una mañana, la enfermera de día descubrió el cuerpo sin vida del hombre que estaba cerca de la ventana, que se había apagado apaciblemente durante su sueño. Entristecida, pidió ayuda para llevarse el cuerpo. En cuanto sintió que era el momento propicio, el otro hombre pidió si él podía ser desplazado al lado de la ventana. La enfermera se alegró de poder complacerle y, después de asegurarse de que estaba confortablemente instalado, le dejó solo. Cerró los ojos y, lentamente, se alzó sobre un codo para echar un primer vistazo, por fin podría gozar por sí mismo de todo lo que su compañero había sabido describirle tan bien. Una vez incorporado, abrió los ojos y todo lo que vieron fue un muro. No podía creerlo. Cuando llegó la enfermera, le preguntó:
- ¿Por qué mi compañero muerto me había descrito tantas maravillas cuando no existía nada?
Y la enfermera respondió:
- Puede ser que simplemente haya querido darle ánimos, puesto que él era ciego.

Epílogo:
Hay una felicidad inmensa en hacer felices a los otros a despecho de las propias preocupaciones. Las alegrías compartidas son doble gozo y la pena compartida es medio dolor. Si quieres sentirte rico no tienes más que contar todas aquellas cosas que posees y que el dinero no puede comprar. El hoy es un regalo, por eso se llama "presente".

viernes, 18 de mayo de 2012

Empuja fuerte...


Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo pero tenía problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo: "Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante 1 año".
El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró.
Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro. A las pocas semanas llegó el diablo y le puso pensamientos en su mente: "¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo no seguiría a alguien que me haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es estúpido que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover". El hombre trataba de pedirle a Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se mantuvo en pié con su decisión de empujar.
Con los meses, desde que se ponía el sol hasta que se ocultaba aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras tanto su cuerpo se fortalecía, sus brazos y piernas se hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los días. Cuando se cumplió el tiempo el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo:
"Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro" . Y se sentó a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso.
Jesús apareció en ese momento y le dijo: "¿Por qué lloras? ¿Acaso no te pedí que empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras, en cambio mírate, tu problema físico ha desaparecido. NO has fracasado, yo he conseguido mi meta, y tú fuiste parte de mi plan".
Muchas veces al igual que este hombre, vemos como ilógicas las situaciones, problemas y adversidades de la vida, y empezamos a buscarle lógica, nuestra lógica, a la voluntad de Dios y viene el enemigo y nos dice que no servimos, que somos inútiles o que no podemos seguir. El día de hoy es un llamado a "empujar" sin importar qué tantos pensamientos de duda ponga el enemigo en nuestras mentes, pongamos todo en las manos de Jesús, y El por medio de su voluntad nunca nos hará perder el tiempo, mas bien ¡Nos hará ser mas fuertes!

jueves, 17 de mayo de 2012

SALVADO DOS VECES.


"Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo... Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él."
2ª Corintios 5:18 y 21
"Agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas... haciendo la paz mediante la sangre de su cruz."
Colosenses 1:19-20
"Dios nuestro Salvador... quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad."  
1ª  Timoteo 2:3-4
Uno de mis amigos iba regularmente los jueves por la noche a una piscina cubierta. Allí siempre veía a un hombre que le llamaba la atención: tenía la costumbre de correr hacia el agua y mojar primeramente sólo el dedo gordo de su pie. Luego iba al trampolín más alto y con un espléndido salto se zambullía en el agua. Era un excelente nadador. No es de extrañar, pues, que mi amigo se preguntara por qué ese hombre tenía la rara costumbre de mojar su dedo gordo antes de saltar al agua. Un día se armó de coraje y fue a preguntarle el por qué de su hábito. El hombre sonrió y contestó: Sí, tengo un motivo para hacerlo. Hace unos años era profesor de natación de un grupo de hombres. Mi deber era enseñarles a nadar y saltar del trampolín. Una noche en que no podía dormirme, decidí ir a la piscina y nadar un poco; siendo profesor de natación tenía una llave para entrar allí. No prendí la luz porque conocía bien el lugar. La luz de la luna brillaba a través del techo de vidrio. Cuando estuve sobre el trampolín vi la sombra de mi cuerpo contra la pared de enfrente. Con los brazos abiertos mi silueta formaba una magnífica cruz. En lugar de saltar, me quedé parado, contemplando esa imagen.  En ese momento pensé en la cruz de Cristo y su significado. Yo no era creyente, pero de niño había aprendido un cántico cuyas palabras me volvieron a la mente y me recordaron que Jesús había muerto para salvarnos por medio de su preciosa sangre. No sé cuánto tiempo me quedé sobre el trampolín con los brazos extendidos ni por qué no salté al agua. Finalmente me di vuelta, bajé del trampolín y me dirigí hacia la escalera de la piscina para sumergirme en el agua. Bajé por la escalera y mis pies tocaron el duro y liso piso... ¡la noche anterior habían vaciado el agua de la piscina sin que yo me diera cuenta!. Me estremecí y un escalofrío me corrió por la espalda. Si hubiese saltado, ése habría sido mi último salto. Esa noche la imagen de la cruz en la pared me salvó la vida. Quedé tan agradecido a Dios –quien en su gracia me había dejado vivir- que me arrodillé al borde de la piscina. Fui consciente de que no sólo mi vida sino también mi alma precisaba ser salvada. Para eso había sido necesaria otra cruz, aquella en la cual Jesús murió para salvarnos a usted y a mí. Él me salvó cuando le confesé mi culpa y me entregué a él. Esa noche fuí salvado dos veces. Ahora tengo todavía un cuerpo sano, pero, lo que es mucho más importante, soy salvo por la eternidad. Quizás usted pueda comprender por qué me mojo primeramente el dedo gordo antes de saltar al agua.