sábado, 22 de diciembre de 2012

EL FUEGO TERRIBLE Y MARAVILLOSO.

HAY UN CUENTO POPULAR NORUEGO SOBRE UN PESCADOR QUE, CON SUS DOS HIJOS, SALIO HACER SU RONDA DIARIA DE PESCA. SU PESCA FUE BUENA, PERO A MEDIA TARDE UNA GRAN TORMENTA REPENTINA BARRIO LA ORILLA, ADENTRANDO A LOS HOMBRES EN EL MAR Y SIN PODER ATISBAR A LA ORILLA. MIENTRAS TANTO, UN FUEGO FEROZ SE DESATO EN LA COCINA DE SU CASA. ANTES DE PODER SER EXTINGUIDO, LO DESTROZO TODO.
FINALMENTE, LOS HIJOS Y SU PADRE PUDIERON REMAR HASTA LA ORILLA. LA ESPOSA DEL HOMBRE LE ESTABA ESPERANDO CON LA TRÁGICA NOTICIA DEL FUEGO. kARL SOLLOZABA UN FUEGO TERRIBLE LO HA DESTROZADO TODO. LO HEMOS PERDIDO TODO.
SIN EMBARGO EL SE QUEDO COMO SI NADA. ¿NO ME HAS OÍDO? LE INSISTIÓ ELLA. HEMOS PERDIDO LA CASA. SI TE HE OÍDO DIJO ÉL CALMADAMENTE ¿COMO PUEDES ESTAR TAN CALMADO? INDAGO ELLA. NO TE LO VAS A CREER. HACE UNAS HORAS ESTÁBAMOS COMPLETAMENTE PERDIDOS EN EL MAR.  ESTABA SEGURO QUE ÍBAMOS A MORIR. LUEGO PROSIGUIÓ  ENTONCES OCURRIÓ ALGO. VI UN EXTRAÑO RESPLANDOR DORADO . CADA VEZ ERA MÁS Y MÁS GRANDE, Y DISIDIMOS REMAR HACIA ESA LUZ. ENTONCES TOMÁNDOLE POR LOS HOMBROS  Y MIRÁNDOLE A LOS OJOS, DIJO: ¿NO TE DAS CUENTA? EL TERRIBLE FUEGO QUE DESTRUYO NUESTRO HOGAR FUE EL FUEGO MARAVILLOSO QUE SALVO NUESTRA VIDAS. DIOS TENIA TODO BAJO CONTROL. DIOS ES UN GRAN DIOS.

A VECES PARECE QUE LA CASA Y LA SALUD SON MUY IMPORTANTES, PERO EL SUFRIMIENTO TIENE SU FORMA DE AJUSTAR NUESTRAS PERSPECTIVAS  ESPECIALMENTE NUESTRA VISIÓN DE DIOS.

viernes, 21 de diciembre de 2012

"YO NO QUIERO ENTRAR, QUIERO SALIR"

Cuenta el evangelista Billy Graham, que cuando él estaba creciendo en Charlotte Carolina del Norte, había un hombre que tenía una tienda de venta de licores, un día recibió una llamada a la una de la madrugada de un borracho: “A qué hora abren ustedes? Le preguntó el borracho. “A las nueve de la mañana” le respondió ellicorero medio dormido. Y el borracho colgó. Hora y media más tarde recibe otra llamada de la misma persona con la misma pregunta. Esta vez el propietario le responde con disgusto y cuelga el teléfono. A las tres de la mañana, otra vez el borracho, la misma pregunta. Esta vez el hombre de negocios le dice: Escúcheme, si me deja dormir tranquilo le prometo que voy a abrir más temprano a las 8:00am para que usted pueda entrar. Hubo un silencio, y la voz le respondió del otro lado: “Yo no quiero entrar, quiero salir